Hace un par de sábados me presenté en casa de mi cliente a media mañana, su mujer ya se había ido a trabajar y él estaba organizando con dos parejas más la fiesta a sorpresa de los 40 años de ella.
Entré con mi remolque en el jardín, me ayudaron a instalar la HOT TUB sobre una tarima de madera que me encontré preparada, llené la tina de agua, eché leña a la caldera y me esperé a que todo fucionara a la perfección. Mientras, los amigos y el marido de la afortunada, iban preparando la comida y decorando el jardín, había un ambiente muy divertido, todos estaban llenos de espectativas, imaginando la cara que pondría ella cuando viera todo ese montaje.
Me fui, y por la tarde me llamó mi cliente pidiéndome si podía pasar a recoger el HOT TUB al día siguiente en lugar que esa misma tarde. Los amigos se habían ido y les apetecía disfrutar ellos dos solos de una noche estrellada sumergidos en el agua y en el vapor, acompañados por el craquear del fuego.
Les dije que sí, yo también participé en el regalo de sus 40 años!
Sólo cuando volví a recoger el HOT TUB, ella me contó que cuando llegó a casa se imaginó que le habían organizado una barbacoa, por el humo que veía salir desde el jardín. Cuando entró y vio a su marido y a sus amigos esperándole en remojo cos dos botellas de cava bien frescas, se quedó boquiabierta: "No paraba de decirle a mi marido 'tú estás loco', pensaba que había comprado la tina. Cuando me dijo que no tanto, pero que lo tenía a disposición durante todo el día, me pareció una idea fantástica, nunca me lo hubiera esperado".
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